jueves, 27 de marzo de 2008

Ayer atardecía

Dedicado a los atardeceres de mi infancia allá en melón...Chile.


Y arrimado a la ladera del ayer
me sumerjo en las lágrimas del coloso
de su cráneo se desprende un alado
suspiro
grito imperceptible…revelador murmullo

Anhelante el ocaso arroja su mirada agónica
sobre un espejo de roca
un breve lamento rosa mis oídos…
pare el viento la sangre angelical
que corre a posarse en el crepúsculo
póstumo
Sucumbe la mole ante un soñado amanecer
que insolente se encoge a paso delicado
tomando entre sus manos un último suspiro
vuelve los ojos sobre sus pasos…
confiesa a quien cubre de muerte la fría verdad de su amada
mentira.

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